viernes, 5 de junio de 2015

Los análisis: ¿Qué son y para qué sirven?


El pediatra puede solicitar la realización de pruebas de laboratorio sobre muestras de sangre, orina u otros productos orgánicos, a fin de complementar los datos obtenidos en el examen efectuado para valorar el estado de salud del niño, o bien para profundizar en el diagnóstico de algunas alteraciones patológicas. En cada caso, el médico dará las instrucciones pertinentes sobre las condiciones necesarias para la práctica de la prueba, e incluso puede solicitar la colaboración de los padres para la obtención de la muestra, como suele suceder cuando se trata de un análisis de orina.

Análisis de sangre

El análisis de una muestra de sangre (hematológico, bioquímico o microbiológico) permite obtener información sobre sus diversos componentes habituales (glóbulos rojos y blancos, hemoglobina) proteínas, etc.), y detectar la presencia de elementos que sólo aparecen en el curso de diversas alteraciones orgánicas.


Los parámetros que solicite el médico, por tanto, pueden ser muy variados: desde la cuantificación y descripción de los elementos celulares sanguíneos (hemograma o recuento celular), a la determinación bioquímica de diversos elementos (niveles de glucosa, colesterol, hierro y otros minerales, etc.), e incluso la detección e identificación de microorganismos infecciosos (análisis microbiológico).

¿Cómo se extrae la sangre?

Los análisis habituales se realizan con una muestra de sangre venosa extraída mediante la punción de una vena superficial del brazo, en la zona de flexión del codo. Este procedimiento apenas ocasiona molestias y no comporta ningún tipo de riesgo para el niño.

En el recién nacido y los niños de pocos meses, la muestra de sangre puede obtenerse mediante una punción en el talón, una zona rica en vasos sanguíneos. Se recogen tan sólo unas gotas de sangre, cantidad suficiente para realizar el análisis.

Análisis de orina

La orina es el producto de la filtración renal de la sangre, por lo que su análisis ofrece información sobre la función de los riñones y sobre el estado de las vías urinarias, pero también resulta útil para el diagnóstico de alteraciones de muchos otros órganos.

¿Cómo se recogen las muestras?

Según sean los parámetros a estudiar, el análisis puede realizarse a partir de la recogida simple de la orina de una micción (generalmente la primera de la mañana), o con una muestra de orina de 24 horas, pero también puede ser precisa la obtención de la muestra en condiciones especiales (por ejemplo, mediante una técnica estéril para hacer un análisis bacteriológico o un urocultivo).

En las farmacias pueden adquirirse recipientes para la recogida de muestras que ofrecen las máximas garantías de higiene.

Para la recogida de la muestra de orina en lactantes y niños de poca edad pueden utilizarse unas bolsas de plástico especiales: en el niño, se introduce el pene a través de la apertura de la bolsa; en la niña, se coloca la boca de la bolsa (provista de material adherente) sobre la porción superior de los genitales externos, de modo que abarque la región del meato urinario.

Antes de la recogida de la muestra de orina debe limpiarse la región genital mediante una gasa y con agua y jabón:

    En la niña: separar suavemente los labios de la vulva y limpiar desde la vulva hacia el ano, nunca al revés.
    En el niño: retraer suavemente el prepucio y limpiar la punta del glande desde el meato urinario hacia la periferia.

Cuidado con… los recipientes caseros

Las características del recipiente para la recogida de la muestra de orina varían según sea el tipo de análisis que se vaya a realizar: es necesario que se trate de un recipiente estéril si se pretende diagnosticar una infección urinaria, pero en otros casos basta con que se use un recipiente limpio y seco, siempre que no contenga sustancias capaces de alterar el resultado de la prueba (restos de jabón o detergentes). Solicita las debidas instrucciones si piensas utilizar un recipiente casero: si hace falta someterlo a ebullición, o si basta con lavarlo bien y enjuagarlo abundantemente.

¿Qué es la acetona?

La acetona es un líquido que se encuentra en pequeñas cantidades en el organismo. Estas pueden aumentar (por aporte insuficiente de hidratos de carbono, enfermedades infecciosas, o procesos febriles), dando lugar a un desequilibrio del medio interno que puede acompañarse de náuseas y vómitos. Para determinar los niveles de acetona en orina (acetonuria) puede procederse, en casa, a un sencillo test mediante unas tiras reactivas que se compran en las farmacias. Si el nivel es alto, el pediatra indicará cómo bajarlo.

    Recoge una muestra de la orina del niño en un recipiente y sumerge la tira reactiva durante unos momentos.
    Compara el color que ha tomado el extremo de la tira con la escala olorimétrica anexa: las tonalidades más oscuras corresponden a los niveles más elevados de acetona en la orina.

Via superpadres.com

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