“Recibo amenazas, insultos, burlas, me intimidan, me hacen chantaje, se inventan mentiras acerca de mí, me chillan, se ríen constantemente de mí, me aíslan, no me hablan, me ponen motes que no me gustan, me pegan, me empujan”
Todas estas y otras conductas corresponden al acoso escolar.
El acoso escolar es una forma de maltrato psicológico, verbal y/o físico entre escolares de forma continuada en el tiempo.
Según los estudios 1 por cada 4 estudiantes sufre acoso escolar en España. Además hay que considerar que estos comportamientos continuados durante mucho tiempo incluso aumentan el riesgo de ideación suicida, sobre todo las conductas de violencia psicológica.
“Lo que tienes que aprender es a defenderte, responder igual, así no se meterán contigo”
El acoso escolar es algo serio y real, no son cosas de niños y mucho menos sucede porque “no sepa defenderse adecuadamente”. Nunca se ha de ver estos comportamientos como normales o ni tampoco verlo como una consecuencia de que la víctima no sepa defenderse.
Como cualquier situación de maltrato, éste anula nuestra autoestima, genera una gran indefensión, ansiedad, depresión, estrés postraumático, despersonalización, afectando a todas las áreas de la vida de la persona.
El 90% de los daños producidos por el acoso escolar resulta invisible y corresponden sobre todo a los daños psicológicos.
Así mismo, hay que tener en cuenta que actualmente no sólo hablamos del acoso en el aula, sino también a través de las más adictivas redes sociales (ciberacoso)
El acoso escolar está presente cada vez más en nuestra sociedad, en la mayoría de los casos el agresor acosa a la víctima cuando está solo, en los baños, en los pasillos, en el comedor, en el patio.
Sin embargo, no se trata de un simple empujón o comentario, se trata de una situación que si no se detiene a tiempo puede provocar severos daños emocionales a la víctima.
Sufrir acoso escolar aumenta la probabilidad de generar daños sobre el desarrollo de la autoestima y la personalidad que pueden cronificarse y persistir hasta la edad adulta.
Es fundamental supervisar a los alumnos/as dentro y fuera del aula, como en el patio, pasillos, comedor
Establecer un protocolo de actuación claro y específico para el acoso escolar. El cual ya existe. Si existen dudas apoyarse, informarse y buscar siempre la mejor solución para que la víctima esté protegida.
No demorar el plan de acción cuando sospechamos o tenemos confirmada la existencia del acoso escolar, entre antes lo tratemos antes se solucionará.
Ofrecer talleres para padres, profesores y alumnado. Entre más claro tengamos el concepto y las formas del acoso escolar mejor lo detectaremos.
Los maestros pueden apoyarse en los alumnos para identificar casos de acoso, saber quién puede darles información valiosa.
Crear grupos de ayuda entre los alumnos y también entre los profesores al que poder recurrir para informar de una posible situación de acoso que esté observando o viviendo.
No ocultarlo y menos apoyarlo.
El trabajo en equipo siempre será más constructivo y enriquecedor. Aprender entre todos diferentes habilidades asertivas, empáticas y sociales para poder ofrecer el mejor apoyo donde la víctima no se sienta ni vea desprotegida.
Via psicologia-aquiles.es
lunes, 25 de abril de 2016
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