Por un lado, se ha podido comprobar que unexceso de higiene en el entorno del pequeño hace que su sistema inmunológico no active el mecanismo de defensa ante agentes patógenos externos. Esto es, como su organismo nunca se tuvo que enfrentar a agentes nocivos, no se han podido contrarrestar esas amenazas.
Así que, en cierta manera, la mejor forma de que nuestros niños tengan menos probabilidades de desarrollar una alergia es mantenerles expuestos a estos gérmenes y organismos que pueden ocasionarlas.
¿Cómo? Muy fácil: saliendo al aire libre y que se manche, se haga heridas y se ponga enfermo (no hay que malinterpretarlo, ya que no dicen que tengamos que exponerlos en todo momento. Siempre de una forma controlada y con sentido común).
Además de este exceso de higiene, diferentes cambios en los hábitos de nuestra vida diaria como de alimentación o el exceso de contaminación en el ambiente también favorecen la aparición de diferentes alergias. Es decir, el sistema inmunológico de los niños (incluso desde el vientre materno) se vuelve más lábil.
Nuestra sociedad poco a poco va avanzando, pero debemos tener cuidado con este progreso ya que, como se ha podido comprobar, la higiene, contaminación y alimentación aumentan el número de niños alérgicos. Hay que ser limpios, si, pero con moderación.
Vía bebesymas.com
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