¿Eres sobreprotector? ¿Liberal? Los efectos de 5 estilos de crianza la socialización de los niños
Todos los padres tenemos nuestro estilo de educación preferido y a todos nos gusta creer (y defender a capa y espada) que nuestro método es el mejor. Por supuesto, nunca sabemos realmente si hemos tenido éxito o no hasta que nuestros hijos llegan a adultos, y para entonces ya es demasiado tarde. Por esta razón, un grupo de investigadores se propuso recientemente poner respuesta de una vez por todas a la pregunta: ¿Qué efectos tienen los diferentes estilos de educación sobre los niños una vez llegan a la adultez?
Los tipos de educación se separaron en este estudio en cinco categorías que prácticamente se explican por su propio nombre: comprensiva, estricta, indulgente, desligada y abusiva. ¿El resultado? Los padres comprensivos, que apoyan a sus hijos, resultaron en los hijos mejor adaptados socialmente y con más éxito.
En los hogares comprensivos, los niños recibían más independencia de la habitual, equilibrada por un interés saludable (que no obsesivo) de los padres en sus vidas, su escuela y sus actividades. Todos los demás tipos de educación del espectro, desde los padres controladores a los padres despreocupados, demostraron notables inconvenientes.
“Las personas que han recibido apoyo durante su educación son más propensas a ver a sus padres como modelos positivos”, explicaba el profesor Nishimura Kazuo, uno de los investigadores de la Universidad Kobe. “[Esta] actitud también está ligada a índices más altos de matrimonio y a un deseo de un número mayor de hijos”.
“No hallamos ninguna evidencia que apoye la idea de que el matrimonio y la convivencia se parezcan en términos de estabilidad para los niños”.
Resumiendo, una crianza cariñosa pero adecuadamente disciplinada produce individuos que admiran a sus padres, que buscan esas cualidades admirables en su cónyuge y que quieren criar montones de hijos usando los mismos métodos. Nada demasiado insólito, sobre todo considerando la vaguedad con la que se describe cada estilo de educación.
Lo más sorprendente podría ser lo que el estudio se dejó fuera: la función de la estabilidad familiar. En particular con el 50% de los matrimonios estadounidenses derrumbándose en divorcio y un creciente número de hijos nacidos de padres no casados.
Según confirma el Instituto de Estudios de la Familia (IFS) de Estados Unidos, ni siquiera las parejas que conviven juntas mejoran la solidez del entorno familiar para un niño. “No hallamos ninguna evidencia que apoye la idea de que (…) el matrimonio y la convivencia se parezcan en términos de estabilidad para los niños”, informan.
“En general, las familias inestables y las familias con padres solteros ofrecen a sus hijos menos atención, menos afecto y una disciplina menos consistente”.
Entonces, ¿qué método importa más, si es que alguno destaca? ¿Hay un estilo de educación que tenga una mayor influencia en el niño para favorecer su prosperidad en la vida adulta o desempeña un papel más importante una familia estable en la que los padres permanecen felizmente casados? Según explica el doctor W. Bradford Wilcox, profesor de sociología en la Universidad de Virginia, ambos elementos son cruciales, pero uno de ellos asienta el camino para el otro.
“Importan tanto la estructura como el proceso familiar”, aclara el doctor Bradford. En otras palabras, no se pueden menospreciar ni la estructura de una familia, en especial en lo que respecta al estatus marital de los padres, ni el proceso elegido para la educación de los hijos.
“Pero la estructura familiar es probablemente el indicador más importante”, continúa Bradford. “Si eres un padre o madre soltero, es más difícil mantener tu energía, tu afecto. En general, las familias inestables y las familias con padres solteros ofrecen a sus hijos menos atención, menos afecto y una disciplina menos consistente”.
“Criar a los hijos, por muy gratificante que sea, exige una tremenda cantidad de autosacrificio, así que hacerlo sin un compañero comprometido requiere una fuerza y una gracia extraordinarias”.
Por tanto, aunque una perspectiva de educación basada en la comprensión y el apoyo tiene los efectos más positivos sobre un niño o niña en sus futuros años de adulto, por desgracia no es un método que pueda ponerse en práctica fácilmente en cualquier estructura familiar. “Lo más importante que puedes hacer por tus hijos es ser cariñoso e involucrarte con ellos, pero esto es algo mucho más sencillo dentro de una familia casada estable que en cualquier otro tipo de arreglo”, precisa Bradford.
En nuestro mundo imperfecto, las circunstancias impredecibles a menudo descartan las oportunidades de que un niño se críe en un hogar con ambos padres, marido y esposa. Aunque no sea algo que incapacite a un padre o madre para criar de forma comprensiva, lo cierto es que sí lo vuelve más difícil.
Criar a los hijos, por muy gratificante que sea, exige una tremenda cantidad de autosacrificio, así que hacerlo sin un compañero comprometido requiere una fuerza y una gracia extraordinarias. Cosas como la atención, el afecto y la disciplina rutinaria son mucho más difíciles de ofrecer de forma consistente sin el compromiso del compañero educador.
Según afirmó el doctor Bradford, “hablando en calidad de sociólogo, el entorno de una familia casada estable es más propicio para una calidad de vida familiar más alta. No la garantiza, pero es más fácil de conseguir”.
Via es.aleteia.org
miércoles, 8 de marzo de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios on "La clave para educar niños que sean adultos exitosos"
Publicar un comentario