El calor se convierte en uno de los principales caballos de batalla contra el que también deben lidiar nuestros pequeños durante el verano para conciliar el sueño. En nuestro blog de Bebés te damos algunos consejos a tener en cuenta para que tu retoño pueda descansar durante las noches estivales a pesar de las elevadas temperaturas.
La ola de calor que actualmente asedia la Península en su conjunto no ayuda a que podamos ofrecer el descanso que nuestra mente y cuerpo necesitan para funcionar a lo largo del día. El sueño contribuye a que los niños puedan crecer de manera saludable. Durante la noche, se genera la hormona del crecimiento, capaz de proporcionar la energía que su organismo precisa.
Cómo conseguir que tu bebé duerma en verano
El mero hecho de adoptar una rutina nocturna, ayudará a los más pequeños a descansar por las noches. Nuestra labor como padres es establecer unas horas fijas para irse a acostar y dormir la siesta.
A todo esto, hemos de añadir el hecho de establecer un dormitorio con poca luz o alejar el ruido circundante. Para lograr esto último, hemos de procurar desvincularlo de la sala de estar y que la habitación dé a una calle que no tenga demasiado tráfico. A todo esto, hemos de tener en cuenta la posición de descanso. Los pediatras recomiendan colocar al bebé boca arriba para evitar el síndrome de muerte súbita. Igualmente, debes procurar que siempre duerma en la misma cuna y en un rincón apartado, donde se den unas condiciones de temperatura óptimas.
No obstante, cuando el calor se adueña del ambiente, ¿qué podemos hacer para que nuestros pequeños puedan conciliar el sueño? Has de recordar que la temperatura ideal del ambiente debe encontrarse en torno al 60%.
Los pequeños sufren especialmente el calor y el frío extremos. Por esa misma razón, no hemos de caer en el defecto ni el exceso de abrigarles. El pijama, un juego de sábanas infantiles de algodón y un colcha, serán más que suficientes. Instalando un termómetro en su habitación, asegúrate de que el mercurio se sitúe entre los 20 y 22ºC.
El sueño es menos reparador cuando la temperatura del ambiente se encuentra por debajo o por encima de los grados antes especificados y se interrumpe en más de una ocasión.
A pesar de que en verano es frecuente abrir las ventanas y hacer uso del ventilador, has de recordar que pueden generar corrientes que molesten a los más pequeños y puedan afectarles hasta el punto de padezcan algún resfriado. También podemos hacer uso del aire acondicionado, encendiéndolo momentos antes de que el bebé vaya a dormir, de forma que cuando se vaya a acostar ya esté apagado y el ambiente se encuentre fresquito.
No olvides cubrir la cuna con una mosquitera para evitar que estos insectos puedan interrumpir el sueño del bebé. Igualmente, el retoño es más sensible a la temperatura dado que la superficie corporal es mucho mayor que la de un adulto en proporción a su peso. A la hora de dormirse experimenta una serie de cambios hormonales que contribuyen a una mayor sudoración, algo que se apreciará especialmente en las manos y en la cabeza.
En cuanto a la ropa de dormir, además de estar confeccionada con un tejido natural que facilite la transpiración como es el algodón, es conveniente que no tenga botones en el lado donde reposa y que las costuras sean planas.
Via .cosasdebebes.com
sábado, 22 de agosto de 2015
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