¿Por qué llevar a mi bebé a natación?

Esta cuestión hoy en día ronda por la cabeza de la mayoría de las mamás, algunas saben que les traerá beneficios para su bebé y que aunque el comienzo sea una etapa larga y en ocasiones pueda resultar dura, las investigaciones indican que esa experiencia que adquiera el bebé en el medio acuático durante sus primeros meses de vida facilitará y mejorará el desarrollo psico-motor del bebé.

Pues bien, están en lo cierto, el llevar al bebé a la piscina a partir de los 3 meses tiene muchos beneficios, como pueden ser:

    Desarrollo psicomotor
    Fortalecimiento del sistema cardiorespiratorio
    Ayuda al sistema inmunológico
    Desarrolla habilidades vitales de supervivencia
    Ayuda al bebé a relajarse y a sentirse más seguro
    Inicia la socialización en un ambiente lúdico y recreativo
    Mejora y fortalece la relación afectiva y cognitiva entre bebé-mamá-papá
    Aumenta el coeficiente intelectual; desarrollan una percepción mayor del mundo que les rodea haciendo que sean más observadores y creativos.

El papá y la mamá son muy importantes en esta etapa, y lo más importante aún es su paciencia, para el bebé todo es nuevo, el entorno, el monitor/a, el material, los demás bebés, el medio acuático... pero tranquilidad no hay que tener prisa, el bebé se ha de sentir a gusto, pero no olvidemos que al principio estará confuso y hasta que no tenga suficente confianza no empezará a pasárselo bien. Al principio, el bebé pasará por una fase de adaptación como cualquier persona adulta que se enfrenta a algo por primera vez, una vez logre alcanzar cierta confianza empezará a jugar y a fijarse en todo lo que le rodea, y entraremos en la fase de autonomía, en esta fase el bebé realizará diferentes ejercicios de forma semi-autónoma o completamente autónoma con la ayuda de algún material. La última fase será la de consolidación, en ésta el bebé habrá adquirido las habilidades básicas para su edad y logrará desplazarse el sólo con material y en ocasiones sin él. Todas estás habilidades las adquirirá mediante el descubrimiento guiado y a través del juego.

Después de esta etapa, cuando el bebé alcanza los dos 2 años de edad, es el momento de que pase a formar parte de un grupo con más niños/as y el monitor correspondiente. La ventaja que tiene nuestro bebé de haber acudido a clases de matronatación, es que llega a la segunda etapa habiendo aprendido una gran variedad de habilidades acuáticas y puede continuar su aprendizaje desde un nivel más alto. Nunca es tarde para apuntarse a un curso de natación, pero si llevamos a nuestro bebé a partir de una edad temprana, adquirirá antes los beneficios citados previamente.