Existe la creencia de que limpiar con saliva el chupete de los bebés ayuda a reforzar el sistema inmunológico del recién nacido o que reduce el riesgo de que sufran alergias, asma o eccemas alérgicos.
Sin embargo, el Consejo General de Colegios de Dentistas aclara que no existe evidencia científica que respalde esta creencia y alerta a la población de que hay un riesgo muy elevado de transmitir las bacterias causantes de la caries a través de la saliva.
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Por este motivo, la Organización Colegial de Odontólogos y Estomatólogos recomienda extremar las precauciones para prevenir este contagio.
Los expertos insisten en que no se debe utilizar la cuchara del bebé para probar su comida, ni chupar el biberón o el chupete, ni besarle en los labios. Estos gestos son los principales causantes de caries en los pequeños.
Del mismo modo, advierte que aquellos bebés que se contagian precozmente con las bacterias cariógenas primarias (bacterias s. mutans y s. sobrinus) tienen más probabilidades de desarrollar caries tempranas en la infancia, antes de los 6 años.
Por el contrario, retrasar esta infección primaria ayuda a reducir el riesgo de desarrollar caries en el futuro.
La caries -producida por ácidos que atacan el esmalte- sigue siendo la enfermedad crónica más frecuente en la infancia.
Uno de cada tres niños con dientes de leche tiene un diente con caries y, a pesar de que el tratamiento en la dentición temporal es igual de importante que en los dientes definitivos, sólo son tratados uno de cada cuatro niños.
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La caries es una erosión bacteriana que puede producir dolor y afectar a la masticación y a la alimentación.
Con respecto a la higiene bucal de los más pequeños, la recomendación -en la que coinciden todos los expertos- es que la madre o el padre comiencen a limpiarlos en cuanto aparezcan las primeras cúspides de los dientes.
Los dientes de leche suelen salir a partir de los seis meses (a veces incluso antes), acabando a los dos años y medio, aproximadamente.
Es importante estar atentos a los cambios y no descuidar su limpieza. Basta con usar un paño suave o una gasa humedecida con agua. Este gesto debe repetirse al menos dos veces al día, sobre todo después de darle de comer. También se puede usar un cepillo dental para bebés.
Otro error muy común es dejar que el niño se duerma chupando la tetina del biberón. Esto puede dejar restos de comida en los dientes y provocar infecciones.
De hecho, el uso del biberón y el chupete no debería prolongarse más allá del año. A partir del año deben acostumbrarse a beber en vaso.
Por otro lado, la aparición de la caries está relacionada con las dietas ricas en azúcares, así que evita darles refrescos. Los zumos, mejor naturales. Y nunca pongas miel u otro líquido dulce en el chupete o el biberón.
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Recuerda: el cepillo de dientes o el agua, debe ser lo último que esté en contacto con los dientes del bebé al irse a la cama.
Por último, no olvides realizar la primera vista al dentista cuando el bebé cumpla el primer año de vida y después, cada seis meses.
Via es.tendencias.yahoo.com
miércoles, 19 de junio de 2013
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