La leche es un alimento que juega un importante papel en la alimentación infantil. Contiene un alto valor nutritivo y es una abundante fuente de calcio, mineral necesario para la formación y el mantenimiento del esqueleto y de los dientes.
Hay niños que rechazan la leche porque no les gusta, entonces no toman nada de leche o toman muy poca cantidad. Durante los primeros seis meses la leches es el único alimento del bebé, el cual luego complementa con nuevos alimentos que va introduciendo a la dieta. Aunque a partir de entonces la leche no es indispensable, es un excelente alimento, especialmente como fuente de calcio.
Por tanto, si el niño no toma leche debemos reemplazar ese aporte de calcio con otros alimentos ricos en este mineral. Atentos a los siguientes consejos para el niño que no quiere tomar leche.
Necesidades de calcio en los niños
El calcio es un mineral vital en la etapa de crecimiento. Es imprescindible para la osificación del esqueleto, pero también interviene en otras funciones no menos importantes como la coagulación de la sangre, la contracción de los músculos y la transmisión de impulsos nerviosos.
Se recomienda una ingesta diaria de calcio de 400 mg en los primeros seis meses, de 600 mg en el segundo semestre, de 800 mg en el período que comprende los 12 meses y los 10 años y 1.200 mg durante la adolescencia. Esto equivale a entre dos y cuatro raciones de lácteos al día, según la edad.
Para que os deis una idea, un litro de leche de vaca aporta 1200 mg de calcio.
Otros alimentos que contienen calcio, además de la leche
El calcio no sólo podemos encontrarlo en la leche, hay otros alimentos que lo contienen.
Se encuentra, por supuesto, en los derivados de la leche como el yogur o el queso en todas sus variantes.
Pero también se encuentra en otros que tenemos menos en cuenta como algunos pescados (la sardina de lata, preferentemente con su raspa, dorada, besugo, lubina, boquerón), la yema de huevo, las legumbres (principalmente soja, garbanzos, alubias y lentejas), verduras como espinacas, berza, acelgas y brócoli, almendras, higos y cereales, sobretodo la avena y el trigo.
Algunas alternativas a la leche pueden ser los batidos de fruta con un poco de leche, beber zumos fortalecidos con calcio, arroz con leche o flan casero, quesos blandos como snacks, o agregar queso rallado en pastas, guisos y sopas.
Otros consejos a tener en cuenta sobre el calcio
Además de tomar alimentos con calcio, es importante tener en cuenta otros consejos sobre este mineral.
El calcio por sí solo no es suficiente. Para que el calcio sea absorbido por los huesos es esencial la vitamina D y el ejercicio físico. La mayoría de la vitamina D que necesitamos la fabrica nuestro propio organismo gracias a la exposición a la luz solar y a la práctica de ejercicio.
Los alimentos ricos en vitamina D son principalmente algunos pescados grasos. El huevo, la leche y el hígado de animales, también la contienen, pero en menor cantidad. Los vegetales carecen de vitamina D. Conviene saber que al quitar la grasa de la leche (productos “desnatados”) no se pierde el calcio, pero sí las vitaminas D y A (la leche es rica en vitamina A).
La infancia es un periodo crucial para el desarrollo de los huesos pues en los primeros años se forma más del 90% de la masa ósea que tendrá de adulto. Por tanto, además de consumir alimentos ricos en calcio, ya sea leche u otros alimentos, es esencial la exposición al sol y la práctica de ejercicio.
Posibles causas del rechazo a la leche: intolerancia a la lactosa y alergia a las proteínas de la leche de vaca
A muchos niños no les gusta el sabor, pero en algunos casos el rechazo está relacionado a otros trastornos como la intolerancia a la lactosa y la alergia a las proteínas de la leche de vaca.
Cuando un niño tiene intolerancia a la lactosa, no digiere bien la leche (que contiene lactosa, el azúcar natural de la leche). Un rato después de tomar leche o derivados (no de inmediato) puede tener nauseas, dolor de barriga y a veces diarrea.
Si con pequeñas cantidades de leche o derivados calcio no presenta intolerancia, no se recomienda evitar por completo la lactosa, ya que contribuye a la absorción del calcio.
También se recomiendan alimentos elaborados con leche fermentada (yogur o queso) pues contienen menos lactosa que la leche y se toleran mejor.
Por su parte, en el caso de alergia a las proteínas de la leche de vaca los síntomas suelen manifestarse cuando se le ofrece al bebé los primeros biberones de leche adaptada. Puede aparecer hinchazón de los labios y la cara, manchas rojas y habones con picor en cualquier parte del cuerpo, nauseas o vómitos y dolor abdominal.
En estos casos se elimina la leche de vaca de la dieta, así como sus derivados y cualquier alimento que contenga proteínas lácteas.
Espero que estos consejos os vengan bien para los niños que no quieren tomar leche o toman poca cantidad, para de esta forma garantizar las reservas de calcio necesarias para un adecuado crecimiento en la infancia.
Fuente: bebesymas.com
lunes, 20 de febrero de 2012
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