Los hijos de las mujeres que comen pescado tienen más y mejor desarrollo mental

El desarrolo mental es un 3% mayor en estos niños.
   
Según un estudio español, esto se debe a que el pescado blanco contiene ácidos grasos esenciales, fundamentales para la configuración del cerebro.
  
Los investigadores estudiarán a estos mismos niños cuando cumplan 4 años para ver qué repercusiones tiene el medioambiente en su desarrollo.

Comer pescado, blanco o azul, tiene grandes beneficios para nuestra salud. De hecho, según acaban de descubierto científicos españoles, los hijos de madres que comen pescado tienen más desarrollo mental.

Más concretamente, los hijos de gestantes que durante el embarazo han comido más de dos veces a la semana pescado blanco o azul, de pequeño tamaño, tienen un mejor desarrollo mental que las que no.



Según el Codirector del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), Jordi Sunyer, su trabajo demuestra que el desarrollo es un 3% mayor en este grupo de niños, según las mediciones que psicólogos infantiles han hecho a estos bebés al cumplir el año y medio.

Según Sunyer, este mayor desarrollo mental se debe a que este tipo de pescado contienen ácidos grasos esenciales, fundamentales para la configuración del cerebro.
Virtudes del pescado

    Es una fuente muy importante de ácidos grasos omega-3 (en especial el pescado azul): ayudan a controlar la presión arterial, mejoran la función cardiaca y reducen el impacto de otros factores de riesgo cardiovascular.
    Aporta vitaminas tan importantes como la vitamina A y D.
    Se relaciona con un menor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular.
    Durante el embarazo o en el periodo de lactancia es una fuente importante de ácidos grasos y yodo necesarios para el sistema nervioso central.
    El pescado es un alimento de fácil digestión.

Mediambiente y desarrollo

Los investigadores empiezan ahora a estudiar a estos niños cuando cumplen cuatro años para ver qué repercusiones tiene el medioambiente en su desarrollo.

Este trabajo forma parte del proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente), formado por una red de investigadores españoles que desde varios puntos de España estudian desde hace años el papel de los contaminantes ambientales más importantes en el aire, agua y en la dieta durante el embarazo e inicio de la vida, y sus efectos en el crecimiento y desarrollo infantil.

Fuente: 20minutos.es