Dispositivos inteligentes para bebés

Desde hace muchos años, los hospitales han utilizado dispositivos inteligentes para bebés para medir, de manera constante, la saturación de oxígeno, la temperatura o la frecuencia cardíaca de un bebé. Estos aparatos, muy utilizados en las unidades de cuidados intensivos, eran trasladados al hogar cuando un niño prematuro, al que se acaba de dar el alta, tenía riesgo de tener una apnea y poner en peligro su vida.

Del uso hospitalario al hogar

Actualmente, la industria está diseñando aparatos de monitorización para uso universal, es decir, para ser usados por cualquier familia con bebés que no tienen ningún problema de salud aparente.


En Estados Unidos ya se comercializan calcetines que miden la frecuencia cardíaca, sensores que miden los niveles de oxígeno en la sangre o pañales que analizan el pipí del bebé. Todo esto enlazado mediante una app a un Smartphone para controlar el estado de salud del bebé, 24 horas al día, estés dónde estés.

Aparentemente parece una buena idea e incluso se puede llegar a pensar que, con estos inventos, anticiparse a un problema de salud, sea fácil. En realidad, no está pasando esta situación tan idílica. Para los pediatras, estos dispositivos se están volviendo una pesadilla, ya que se llenan los servicios de urgencias con falsas alarmas.

En realidad, un bebé sano no necesita el uso de monitores en casa. Parece ser que, tras los últimos estudios de eficacia, estos monitores tampoco disminuyen el riesgo de muerte súbita del lactante (que era primordialmente para lo que estaban diseñados), uno de los mayores miedos de cualquier familia.
Más ansiedad en los padres

Estos avances tecnológicos aumentan la ansiedad de los padres, ya que les pueden dar falsas alarmas sobre el estado de salud del niño o bien, interpretar de manera errónea los datos que son emitidos por el aparato.

La preocupación de muchos pediatras es que realmente funcionen, es decir, no hay evidencia de que los dispositivos inteligentes para bebés sean precisos, por lo que su utilidad es cuestionable.

De interés

    Por ejemplo, en un bebé sano, una caída de la saturación de oxígeno durante el sueño al 80% puede ser normal y se recupera espontáneamente sin realizar ninguna maniobra. En padres sin conocimientos médicos, este dato los alarma y los deriva a un servicio de urgencias dónde se expone al bebé, sin necesidad, a una exploración, analítica o incluso un ingreso hospitalario.

    Es un tema que debe ser regulado por las autoridades sanitarias, controlando su venta y distribución en la población.

LO QUE DEBES SABER…

    Para los pediatras, estos dispositivos se están volviendo una pesadilla, ya que se llenan los servicios de urgencias con falsas alarmas.
    Un bebé sano no necesita el uso de monitores en casa. Y tras los últimos estudios de eficacia, estos monitores tampoco disminuyen el riesgo de muerte súbita del lactante.
    Estos avances tecnológicos aumentan la ansiedad de los padres, ya que les pueden dar falsas alarmas sobre el estado de salud del niño o bien interpretar mal los datos del aparato.

Fuente salud.mapfre.es