El tratamiento con el fármaco selumetinib reduce en un 20% el volumen de los neurofibromas plexiformes en pacientes pediátricos con NF1
Las neurofibromatosis son un conjunto de trastornos genéticos del sistema nervioso que afectan principalmente al desarrollo y crecimiento de las células nerviosas –o neuronales–. Un conjunto de enfermedades que, entre otros síntomas, se asocian al desarrollo de tumores en los nervios.
De hecho, en torno a la mitad de las personas con neurofibromatosis tipo 1 (NF1) padecen tumores en los nervios periféricos que, denominados ‘neurofibromas plexiformes’, pueden provocar un gran dolor y que el cuerpo se vea desfigurado. Además, estos neurofibromas plexiformes, que aparecen ya en la niñez y se desarrollan sobre todo en la adolescencia, resultan muy difíciles de extirpar quirúrgicamente, por lo que continúan creciendo.
De ahí la importancia de un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI), en el que se muestra no solo la seguridad de un nuevo fármaco en el abordaje de los niños con neurofibromas plexiformes, sino su eficacia en la reducción del volumen de estos tumores de los nervios.
Concretamente, el nuevo estudio, publicado en la revista «The New England Journal of Medicine», muestra que el tratamiento con el fármaco ‘selumetinib’ es seguro a largo plazo en el tratamiento de los pacientes pediátricos con NF1 y se asocia con una disminución de hasta un 20% del volumen de los neurofibromas plexiformes.
Detener la progresión
A día de hoy no hay ningún tratamiento para los neurofibromas plexiformes. Y a ello se aúna la dificultad de poder extirparlos mediante la cirugía. Un aspecto a tener en cuenta dado que todo tumor que no es completamente eliminado quirúrgicamente acaba, por lo general, reapareciendo. Por tanto, el objetivo del nuevo estudio fue evaluar la eficacia y, sobre todo, la seguridad de selumetinib en el tratamiento de niños afectados por este tipo de tumor.
Para ello, los autores contaron con la participación de 24 niños –11 niñas y 13 niños– a los que administraron dos dosis diarias de selumetinib durante una media de 30 meses de ciclos de tratamiento. Concretamente, el estudio se inició en septiembre de 2011, y aún en la actualidad la mayoría de los participantes siguen recibiendo el tratamiento. Un aspecto importante dado que confirma que, transcurridos ya cinco años, selumetinib no se asocia con ningún efecto adverso ni para la salud ni para el desarrollo de los menores.
Es más; si bien se trata de un estudio en Fase I y, por tanto, su mayor objetivo es evaluar la toxicidad del fármaco, los resultados mostraron que la administración de selumetinib se asoció con una reducción promedio del 20% del volumen de los tumores en hasta un 70% de los participantes.
Como explica Brigitte C. Widemann, directora de la investigación, «algunos podrán decir que una reducción de un 20% del volumen es demasiado pequeña como para resultar significativa, pero para mí, el simple hecho de detener el crecimiento de estos tumores devastadores es un logro ciertamente importante. De hecho, la diferencia que hemos visto en estos pacientes no tiene parangón».
Es más; como consecuencia de la reducción del volumen de los neurofibromas plexiformes, los menores experimentaron una disminución del dolor asociado a los tumores, una mejoría de la función motora y una reducción en la desfiguración.
Seguir investigando
La causa del desarrollo de los neurofibromas plexiformes obedece principalmente, tal y como han mostrado distintos estudios, a una desregulación en la vía de señalización RAS. En consecuencia, a día de hoy se han llevado a cabo multitud de investigaciones para evaluar el posible beneficio de distintos fármacos que actúan de forma específica sobre esta vía en el tratamiento de la NF1. Sin embargo, los resultados han sido, desgraciadamente, infructuosos.
En este contexto, selumetinib es un inhibidor selectivo de la proteína MEK, esto es, una proteína que forma parte de la vía de señalización RAS. Y como ya habían mostrado los estudios llevados a cabo con modelos animales –ratones–, la inhibición de MEK inducida por selumetinib podría ser la causa de la reducción del volumen de los neurofibromas plexiformes. Una posibilidad que parece haber sido confirmada con el nuevo estudio con niños.
Entonces, ¿cuál es el siguiente paso? Pues a día de hoy ya está en marcha un ensayo clínico en Fase II con adultos con NF1. Y dados los resultados alcanzados en el nuevo estudio, los autores ya están reclutando niños para iniciar un ensayo clínico en Fase II para evaluar la eficacia de selumetinib en pacientes pediátricos con esta enfermedad.
Como concluye Brigitte Widemann, «en el futuro nos gustaría evaluar la administración de dosis intermitentes para así minimizar la toxicidad mientras mantenemos el máximo efecto terapéutico».
Via abc.es
miércoles, 28 de diciembre de 2016
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