Quien practica mindfulness es capaz de prestar atención intencionadamente, en el momento presente y sin juzgar, por lo que nuestra mente no vaga por el pasado y el futuro, consiguiendo así bajar nuestro nivel de estrés, ya que si lo que nos demanda el ambiente es solo lo que existe en ese momento y no la suma de eso y la cantidad de contenidos mentales que creamos (pasado y futuro) nos sentiremos mucho más capaces para poder solventar cualquier problema que se pueda dar.
Es posible que creas que estos ejercicios solo ayudan a personas adultas, pero lo cierto es que saber canalizar las emociones es un aprendizaje muy valiosos para los más pequeños de la casa, quienes pueden verse muy beneficiados si conocen y practican estos simples ejercicios. Veamos todo lo que necesitas saber sobre esta técnica oriental;
¿Qué beneficios tiene el mindfulness en niños?
Académicos. Mejora el aprendizaje, la atención, la creatividad así como el rendimiento académico. Además ayuda a mantener la concentración e ignorar las distracciones.
Emocionales. Ayuda a regular y controlar las emociones, así como a sobrellevar el enfado y la frustración. Desarrollan la compasión y la amabilidad hacia sí mismos y hacia los demás.
Sociales. Aumenta la introspección y el desarrollo de la inteligencia interpersonal mejorando habilidades como la paciencia, la empatía o la alegría por el bienestar de los demás.
¿Qué ejercicios puede realizar mi hijo?
1. El juego de la campana
Siéntate junto a tu hijo en una habitación lo más silenciosa posible. Toca la campana y pídele que escuche atentamente el sonido y que levante las manos cuando ya no oiga nada, cuando el sonido haya desaparecido completamente.
2. El juego de la memoria
Pídele a tu hijo que recuerde hasta 5 cosas que haya visto de vuelta a casa. Pregúntale cómo eran, qué color tenían, qué textura. Se trata de que cada vez recuerde más cualidades de las cosas pero sin juzgarlas simplemente ha de apreciar las características de lo que le rodea.
3. El juego del sapo
Dile que vais a imaginar que sois dos pequeños sapos. Explícale cómo los sapos son un animalito que puede dar grandes saltos pero también pueden quedarse muy quietos, respirando con mucha calma. Se trata de que os sentéis y a respiréis como los sapos durante un rato. Debéis estar muy quietos y notando como la barriguita se abulta un poco y después se hunde otra vez.
Últimos consejos
Camufla estos ejercicios de juegos, haciendo la práctica divertida pero relajada. No se trata de que obligues a tu hijo a hacerlos si no le apetece. Busca un momento en el que a los dos os venga bien.
No abandones demasiad rápido. Elije un par de días a la semana para hacer los ejercicios. Basta con que duren 4 o 5 minutos para los niños pequeños de 4 o 5 años de edad y entre 5 y 15 minutos los mayores.
Pídeles opinión y escúchales. Pregúntales qué les parecen los juegos, y cómo les hacen sentir. Simplemente se trata de que tomen consciencia de sus sentimientos en el aquí y el ahora.
Via siquia.com
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