La alimentación es determinante para que los niños ganen talla y peso, de acuerdo con su edad y etapa de desarrollo. Expertos hablan sobre la importancia de la ingesta sana de alimentos.
Mucho se ha hablado sobre la importancia de la alimentación balanceada de los niños para su sano crecimiento y desarrollo. Es importante tener en cuenta que el crecimiento saludable no solo significa que el infante gane talla, de acuerdo con su edad y etapa de desarrollo, sino que logre, año tras año, una formación adecuada de su organismo, bajo ciertos parámetros nutricionales, deportivos y hasta fisiológicos.
Se debe tener en cuenta que los periodos de crecimiento más rápidos son el intrauterino y los dos primeros años de vida. Durante el primer año, si el niño nació con una talla óptima, puede crecer alrededor de 25 centímetros; en el segundo, en promedio, 12,5. Y luego del tercer año, más o menos de cuatro a cinco centímetros por año.
Martha Rocío López, médica de la Universidad El Bosque y endocrinóloga de la Universidad Nacional, señala que uno de los principales factores que influyen en la regulación de un crecimiento adecuado es la alimentación, para que el proceso sea óptimo.
Es indispensable mantener y priorizar la lactancia materna hasta los seis meses de edad; esta no solo va a satisfacer las necesidades nutricionales del niño, sino lo va a defender de enfermedades, las cuales impiden el buen crecimiento. Luego de este periodo, se debe iniciar la alimentación complementaria según recomendaciones de los especialistas. También es importante conocer, dice el doctor Jaime Céspedes, pediatra, que “cuando se tienen un niño recién nacido se habla de la necesidad de, aproximadamente 120 calorías. Al año, está entre 80 y 100. A los 4 años, entre 60 y 80. Por estas necesidades fisiológicas es que cambian las necesidades del organismo y disminuye el apetito de los niños”.
Finalmente, cuando el niño ya come de todo, se debe alimentar en familia, cinco veces al día y de manera saludable. Es muy importante, además, el vínculo que se genera alrededor de este hábito.
Según la doctora López, “cuando los niños, durante esta etapa, ingieren en su dieta una cantidad de alimentos del reino animal, especialmente las proteínas, las cuales son fuente de aminoácidos esenciales, optimizan la producción de la hormona de crecimiento. Son sanos, tienen más probabilidades de defensas, no se enferman y están mejor emocionalmente. Pero cuando consumen comida ‘chatarra’ golosinas o bebidas azucaradas se inhibe la producción de la hormona y afectan su salud; además, son irritables, no se concentran y no crecen”, señala la experta.
Para la doctora Silvana Dadán, nutricionista dietista, magíster en nutrición clínica, profesora asociado postgrados pediatría y gastroenterología pediátrica de la Universidad El Bosque, “todos los alimentos son fundamentales para promover el crecimiento y programar en salud a los niños. Hacia los dos años, el niño completará una alimentación similar a la de los demás miembros del hogar”.
Katalina Bajes, nutricionista pediatra, docente de la Universidad El Bosque, asegura que los nutrientes son absorbidos y utilizados por el organismo después de ser ingeridos los alimentos, por ello, es importante que la ingesta sea equilibrada y balanceada, según la edad”.
“Entre los tres y seis años de edad los incrementos anuales en el peso y la talla son de alrededor de dos kilos y seis centímetros, respectivamente. En este periodo el niño tiene una tasa de crecimiento menor que en los años anteriores y, por lo tanto, sus requerimientos disminuyen. Igualmente, el organismo en esta etapa no almacena grasa y se presenta una aparente delgadez que es causa de preocupación”, reitera el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en su portal con las guías alimentarias para los niños.
Como los niños están creciendo y desarrollando los huesos, dientes, músculos y sangre, necesitan más alimentos nutritivos en proporción con su peso que los adultos. Pueden tener el riesgo de desnutrición cuando su apetito disminuye por mucho tiempo, aceptan un número limitado de alimentos o diluyen sus menús de manera importante con alimentos deficientes en nutrientes. En estos casos es conveniente averiguar si hay un problema orgánico o psicológico.
Los nutrientes que requieren los niños están presentes en los siete grupos de alimentos: cereales, raíces, tubérculos y plátanos; hortalizas, verduras y leguminosas verdes; frutas; carnes, huevos, leguminosas secas y mezclas vegetales; lácteos; granos; azúcares y dulces. Algunos de ellos: vitaminas A, E, D, K, C, B1, ácido fólico, calcio, fósforo, hierro, zinc, potasio y sodio.
¿Cuántas harinas deben consumir los niños?
La porción de harinas depende de la edad, pero lo cierto es que entre vegetales, frutas, leguminosas y cereales (harinas), el niño debe cubrir la cantidad necesaria de azúcar para alcanzar la energía para crecer y mantenerse saludable. En términos generales, mínimamente deberían comer 1 harina por comida principal (desayuno, almuerzo, comida). Se debe preferir los productos integrales que proporcionan fibra y deben consumir, por lo menos, cinco a seis porciones en el día.
¿Por qué es difícil lograr que los niños coman sanamente?
Según la doctora Silvana Dadán, nutricionista, “es difícil sobreponernos a la cultura y sus mitos. También, a los hábitos alimentarios denominados ‘saludables’ y que son parte de la cultura (como por ejemplo la ingesta de jugos, agua de panela, carnes frías como jamón o salchichas, caldos instantáneos). También, si en la casa, mamá, papá y hermanitos no comen saludable, los niños tampoco lo harán, porque actúan por reflejo”.
Definitivamente, una imagen vale más que mil palabras, lo que no se come en la casa y no se les acostumbra a comer desde el inicio de la alimentación es muy difícil acostumbrarlos a comer.
A ello se suma la propaganda y la publicidad, lo que comen sus pares o en otras familias también tiene gran influencia en la alimentación del niño.
¿Por qué sufren de inapetencia los niños?
La inapetencia puede tener un origen fisiológico, las necesidades del organismo se reducen cuando los niños se sienten enfermos o también cuando algo los afecta emocionalmente. El niño también pierde apetito a medida que crece por que disminuye el ritmo de crecimiento.
Errores más frecuentes de los padres
- No promueven el consumo de frutas, verduras y productos integrales. Por el contrario, propician el consumo de alimentos con exceso de azúcar, industrializados y en general comida chatarra.
- El alimento y las preparaciones no deben usarse como premio o castigo o una forma de evadir responsabilidades de la casa (como trabajo todo el día y no estoy pendiente, dejo que coma lo que quiera para que no me moleste o le traigo premios para que no ponga problemas). Esto puede facilitar diferentes trastornos conductuales o de alimentación.
- Las comidas y las horas de la alimentación forman también parte del desarrollo social del ser humano, y es fundamental que en cuanto sea factible, el niño sea incorporado a la mesa familiar.
- El niño no debe comer en la habitación.
- En los primeros pasos se debe permitir que el niño toque los alimentos, se familiarice con ellos, se unte, los lleve a la boca, los conozca: su olor, sabor, texturas y, hacerlos parte de su vida.
Via abcdelbebe.com
lunes, 16 de mayo de 2016
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