Las citas con el pediatra

Tras la llegada de un hijo, cualquier medida de cuidado que se pueda tomar nunca estará de más. Por eso es muy importante que los padres conozcan los pasos a seguir en el tratamiento y la salud del recién nacido.

Evaluación inicial El momento del nacimiento es el primer encuentro entre el bebé y un doctor, no solo porque el médico contribuye para traerlo al mundo, sino porque después de salir del vientre materno se le realizan los siguientes exámenes:

■ Medición del peso, la talla y la circunferencia de la cabeza.
■ Evaluación del ritmo respiratorio, la frecuencia cardiaca y la temperatura.
■ Revisión de la coloración de la piel y la actividad general del recién nacido.
■ Primer baño y limpieza del muñón en el cordón umbilical.
■ Suministro de medicamentos especiales, para protegerlo contra posibles infecciones.
■ Administración de una inyección de vitamina K, para prevenir la posibilidad de sangrado.

Primer control

Para muchos pediatras la primera visita debe programarse 15 días después del nacimiento. Esta rutina se mantiene hasta los dos meses de vida en condiciones normales. Luego, hasta los seis meses, debe ser mensual. La consulta inicial es muy importante.

En ella se practica una evaluación minuciosa a través de la verificación de los reflejos, rasgos físicos (se descartan malformaciones congénitas), ritmos cardiacos y ventilación pulmonar. Además, se evalúa la educación de los padres en lo relativo al cuidado general del pequeño.

Indicadores básicos

Durante la visita, el pediatra evalúa lo siguiente:
■ Observación de la vista, la audición y los reflejos.
■ Examen físico completo, para detectar anomalías en el cuerpo y el funciona miento de los órganos.
■ Preguntas sobre cómo se está llevando la vida con el nuevo bebé, alimentación y ritmo del sueño.
■ Consejos sobre lo que podría suceder durante el próximo mes
■ Conversación sobre el ambiente en casa y cómo puede verse afectado el niño (esto ayuda a descartar costumbres inadecuadas, como fumar en el hogar).

¿Cuándo llamar al médico?

Los padres primerizos tienden a preocuparse en exceso, y con frecuencia no saben cuándo llamar al pediatra, o si deben encargarse de algunas situaciones específicas. Si el bebé presenta alguno de los siguientes síntomas, es necesario acudir al médico tratante:
■ Vomita todo lo que come.
■ Presenta un color amarillento desde la cabeza hasta los tobillos o plantas de los pies, lo que se conoce como ictericia.
■ Manifiesta una coloración azul o muy pálida en la piel y las mucosas.
■ Rechaza la alimentación. No se despierta con facilidad y se muestra como adormilado y obnubilado a lo largo del día.
■ Baja su temperatura corporal (la rectal es menor de 35eC), lo que puede ser indicativo de un caso de hipotermia.
■ Respira muy deprisa (presenta taquipnea).
■ Las heces presentan mucosi-dad, sangre, o son muy blandas y líquidas.
■ Mal olor, líquido o sangre en el cordón umbilical.
■ Pérdida de vitalidad: llanto débil, escasa interacción con los padres o debilidad en la succión.
■ Somnolencia y movimientos involuntarios extremos.
■ Goteo de la nariz, lo que puede hacer que al bebé le cueste mucho respirar.
■ Resfriado común, que puede tornarse peligroso para un recién nacido.

Datos importantes

El pediatra de un recién nacido debe conocer información detallada sobre los antecedentes de los padres y la manera como se desarrollaron el embarazo y el parto; de este modo sabrá cómo tratar al niño y si tiene algún riesgo de padecer cualquier tipo de condición congénita.

Desde su nacimiento y hasta llegar a su completo desarrollo, la medición antropométrica (peso, talla y perímetro cefálico, que crece en un 70% el primer año de vida) y la valoración psicomotora, son esenciales para concluir si la evolución es satisfactoria. Es indispensable que los padres se comprometan a realizar las evaluaciones pertinentes a su hijo, para evitar complicaciones innecesarias a futuro.

Via hijosconsalud.com