Si la orina de tu hijo contiene sangre, lo más probable es que no se trate de nada importante. Para estar seguro, deberás llevarlo al pediatra, quien lo evaluará y, en caso necesario, lo tratará.
La hematuria (o presencia de sangre en la orina) es bastante habitual y no suele indicar nada grave.
Hay dos tipos de hematuria.
La hematuria microscópica: la sangre que contiene la orina no puede verse a simple vista, sino solo al microscopio.
La hematuria macroscópica: la sangre que contiene la orina puede verse a simple vista, adquiriendo la orina una tonalidad rojiza o del color del té.
Ambos tipos de hematuria suelen remitir sin ocasionar problemas, pero a veces pueden ser el signo de una afección de mayor gravedad.
Causas de la hematuria
Las causas más frecuentes de la hematuria son: infecciones en los riñones o en la vejiga, anomalías en la estructura de las vías urinarias, algunas enfermedades hereditarias, desequilibrios minerales en la orina (como un exceso de calcio), cálculos y enfermedades renales.
La hematuria también puede ocurrir como consecuencia de hacer ejercicio físico intenso, sufrir lesiones en los riñones o en las vías urinarias o utilizar ciertos medicamentos (como algunos analgésicos de venta sin receta médica). Las adolescentes también pueden tener hematuria debido a la menstruación.
En casos excepcionales, la hematuria es un signo de una afección de mayor gravedad, como una enfermedad hematológica (de la sangre) o la presencia de un coágulo, aunque en estos casos siempre va acompañada de otros síntomas.
Es posible (aunque improbable) que algunas sustancias, como los colorantes alimentarios, la remolacha y ciertos medicamentos tiñan de color rojo la orina de quien los ingiere, sin que la persona padezca hematuria.
Visita al pediatra
Si llevas a tu hijo al pediatra porque su orina es rojiza o porque le detectan una hematuria microscópica en una análisis de orina, el pediatra explorará a tu hijo, os formulará preguntas sobre su salud y sus actividades y pedirá a tu hijo una muestra de orina.
Si el análisis indica que ha dejado de haber sangre en la orina de tu hijo, lo más probable es que el pediatra pida otra muestra de orina al cabo de una o dos semanas, porque, si la hematuria solo ocurre en una ocasión, no será necesario aplicar ningún tratamiento.
Si el análisis de orina de tu hijo indica que tiene hematuria microscópica pero él no presenta ningún síntoma, como dolor o fiebre, no se ha lesionado hace poco ni presenta proteínas en la orina, el pediatra repetirá el análisis varias veces a lo largo de varios meses para asegurarse de que sigue presentando sangre en la orina.
Si los resultados de los análisis indicaran que tu hijo podría padecer una afección más grave, el pediatra solicitaría pruebas adicionales, como un cultivo de orina o técnicas de diagnóstico por la imagen (resonancias magnéticas –RM- o tomografías computadas –TC-). En algunas ocasiones es necesario extraer una diminuta muestra de tejido renal (biopsia) para analizarla y/o utilizar instrumentos para inspeccionar el interior del cuerpo del paciente.
Tratamiento
La mayoría de los niños o adolescentes no necesitan recibir ningún tipo de tratamiento para la hematuria. Cuando la hematuria se debe a una infección bacteriana, los pediatras la tratan con antibióticos. Pero, si fuera el signo de algo más grave, como una anemia falciforme, los pediatras deberían tratar esta última afección.
Si tu hijo recibe tratamiento, lo más probable es que su pediatra quiera hacerle revisiones de seguimiento periódicamente después de concluirlo para asegurarse de que su orina ha dejado de contener glóbulos rojos.
Via faros.hsjdbcn.org
jueves, 4 de junio de 2015
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