Todo lo que debes saber sobre la salud auditiva del niño

La valoración de la agudeza auditiva en el niño es más difícil que en el adulto. Sin embargo, es importante diagnosticar lo antes posible cualquier problema en la audición del niño, ya que, asociadas a éste, pueden originarse alteraciones de otras funciones importantes –en el aprendizaje del lenguaje, en el comportamiento y la sociabilidad, etc.

¿Cuándo hay que acudir al especialista para revisar la audición?

    Cuando un niño tiene problemas de lenguaje.
    Cuando necesita que le repitan una y otra vez las cosas que debe hacer
    Cuando deben llamarlo por su nombre repetidas veces antes de que él responda
    Cuando ve la televisión más cerca de lo habitual o siempre pide que subamos el volumen
    Cuando nos avisan del colegio de que normalmente no presta atención y de que es necesario llamarlo varias veces para conseguir captar su interés
    Cuando tiene otitis media muy a menudo
    Siempre que ha habido en la familia antecedentes de sordera

Algunos niños con alteraciones de audición en un solo oído ladean la cabeza frente el televisor para facilitar así la recepción en el oído que se muestra más sensible.

¿Cómo se revisa la audición a los niños?

La revisión de la audición del niño es más compleja la del adulto, ya que éste puede colaborar mucho más que un niño en las diversas pruebas que comporta una audiometría convencional.

    Hasta la edad de 4 años, se ha de sustituir la audiometría convencional por pruebas de audición, en las cuales las reacciones reflejas o condicionadas del niño ante la emisión de estímulos sonoros (por un juguete, por ejemplo) nos indica si el niño oye o no.
    A partir de los 4 años, ya se puede realizar la audiometría convencional. Entonces, el niño ya colabora conscientemente diciendo si oye o no unos estímulos sonoros de un tono determinado y una intensidad creciente y decreciente, que se le aplican a través de unos auriculares. Se consigue determinar, de este modo, un trazado audiométrico, que indica el umbral mínimo de audición del niño, o lo que es lo mismo, hasta dónde es capa de oír y a partir de qué punto los sonidos le parecen inaudibles.

Asimismo, el pediatra deber realizar exploraciones otorrinolaringológicas básicas, como la observación timpánica y el reconocimiento de los sonidos. Si se detecta cualquier alteración, el niño debe ser remitido a un especialista.

Cuidado con… el juego del “¿qué?”

Algunos niños pueden manifestar un comportamiento similar al del niño que sufre alguna alteración de la audición, pero sin tenerla. Ponen la televisión o la música a un volumen alto para poder oírla mientras hay personas hablando, pero, en cambio, si están solos, el volumen es el adecuado. A veces, lo hacen simplemente porque les gusta escuchar la música alta. Una característica de los niños con defectos de audición es que siempre reaccionan con un “¿qué?” cuando se les pregunta algo. Sin embargo, muchos niños pueden comportarse así sin tener ninguna alteración en la audición, ya que simplemente utilizan esta respuesta, o bien para pensar antes de responder o como un juego, al igual que aquellos niños que responden sistemáticamente “¿por qué?”, por simple divertimento.

Via superpadres.com