Si tus hijos se viven enfermando, sea invierno o verano, o bien si quieres evitar que esto suceda cuando se encuentran con otros pequeños (en la escuela, en el parque, en una fiesta), no dudes en leer el siguiente artículo, donde aprenderás cómo mejorar el sistema inmune en los niños.
Tips para evitar que los niños se enfermen
Presta atención a los siguientes consejos para mejorar o aumentar el sistema de defensas de tus niños:
Evita que se “enfríen”
No expongas a tus hijos a las bajas temperaturas, o bien recuerda abrigarlos bien cada vez que salen a la calle. También debes evitar los cambios bruscos de temperatura, por ejemplo, si la calefacción está muy alta en casa y salimos a pasear o a la escuela. Explícales que, al salir al patio en el descanso, deben usar gorro, chaqueta, bufanda y guantes. Si vamos a salir, recuerda apagar la calefacción unos minutos antes y que no estén muy abrigados dentro de casa.
Mantener la lactancia
Este consejo es para las madres con bebés. Los médicos aconsejan amamantar a los hijos todo el tiempo que sea posible. El sistema inmune de los niños tarda en madurar y el producto 100% natural que los nutre y los mantiene alejados de los virus y bacterias no es otro que la leche materna. Además, se trata de un producto gratis, sano y maravilloso, que unirá aún más al bebé con su madre. La leche materna tiene todo lo que el niño necesita para crecer y no padecer enfermedades. Por lo tanto, hasta el año del pequeño, no se aconseja dejar de amamantarlo.
Retrasar el ingreso a instituciones de cuidado
En los tiempos actuales, donde las madres trabajan igual que los padres, la guardería o la escuela infantil son la salvación para los adultos con niños pequeños. Sin embargo, puede ser un lugar perfecto para contraer enfermedades.
Piensa que hay muchos bebés o niños en un sitio que no siempre es tan grande y espacioso como deseamos; las maestras también pueden enfermarse, el camino hacia ese lugar por las mañanas en invierno puede ser causa de enfriamiento, el estrés que conlleva salir del hogar y estar alejado de los padres… Todo ello puede aumentar las posibilidades de que el niño se enferme y que sus defensas estén más debilitadas.
Cumplir con una dieta equilibrada y sana
El cuerpo humano necesita de diferentes nutrientes, sin importar la edad que se tenga. La dieta debe cumplir con todos estos requerimientos de proteínas, vitaminas, minerales, hidratos de carbono, fibras y grasas, para que el sistema inmune tenga todos los medios a su disposición y se eviten los contagios de enfermedades producidas por virus y bacterias.
Por lo tanto, si queremos reforzar sus defensas, debemos darles de comer más sano y variado, añadir frutas y vegetales, frutos secos y cereales, pescado, lácteos desnatados, etc. Sigue las recomendaciones del médico en relación a la nutrición de tu hijo. Se recomienda, a su vez, que consuman alimentos orgánicos o ecológicos, si es posible, de huerta propia. Deja de lado la comida rápida, los refrescos y los dulces.
Respirar aire limpio
Los ambientes contaminados son un caldo de cultivo para las enfermedades. Por ejemplo, si uno de los padres fuma, si se vive en plena ciudad y hay smog (niebla contaminada), si se utilizan ciertos químicos para la limpieza del hogar, o si el polvillo es muy frecuente, es probable que los niños, y también los adultos, se enfermen. Es preciso ventilar periódicamente la casa para eliminar alérgenos y ácaros. Si tenemos mascotas, que estén limpias la mayor parte del tiempo. Si hay gente que fuma, que lo haga fuera del alcance de los niños, aunque ellos no estén en la casa en ese momento.
Mantener la higiene personal
Es verdad que los niños se viven ensuciando mientras juegan, comen, se divierten, crecen. Sin embargo, la falta de higiene puede causar muchas enfermedades. Es preciso lavarse las manos antes y después de comer, llevar siempre toallas desinfectantes o alcohol para cuando juegan en el parque o vamos a comer fuera y, sobre todo, que los adultos también lleven a cabo estos hábitos. No hay que olvidar que los niños copian lo que hacen sus padres.
Vivir feliz
La felicidad, el juego, el ejercicio y el descanso son cosas que no pueden faltar en la vida de un niño para evitar que se enferme. Quizás llegamos tarde del trabajo y no tenemos ganas de ponernos a jugar con el balón o con las muñecas, pero es necesario, al igual que llevar una vida sana y llevarlos al parque los domingos en la mañana. Cuando corren, saltan, se divierten y conocen a otras personas al aire libre, los pequeños automáticamente crean nuevas defensas. Lo mismo que cuando viven en un ambiente feliz, sin problemas, sin peleas, con mucho amor y dedicación.
Por último, no hay que olvidar que el descanso es vital en los hijos para que puedan recuperar todas las energías que gastan en sus jornadas. La siesta ha de ser sagrada todos los días, así como también cumplir con horarios para irse a la cama o para levantarse. Dormir tranquilos, las veces que sea necesario, les ayudará a recargar las baterías y a reponerse si algo les duele o se sienten decaídos. En definitiva, no hay nada como una infancia feliz para no enfermarse. Depende de los padres poder ofrecerles a sus hijos un ambiente ameno y alegre para que ellos puedan desarrollarse sin problemas.
Via mejorconsalud.com
martes, 17 de marzo de 2015
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