Dar a los niños pequeños una cucharadita de agua con sabor y color pareció ayudar a reducir la tos nocturna, según un estudio reciente.
El placebo en realidad actúa sobre los padres
"Muchos pediatras sugieren no hacer nada para la tos no asociada a otra afección específica”, comentó el director del estudio, Dr. Ian Paul, del Penn State College of Medicine en Hershey, Pensilvania, EE.UU.
"Es posible que administrar un placebo dulce sea mejor que no hacer nada o que, aún peor, tomar un antibiótico innecesario", señaló.
Tos nocturna
El equipo de investigación de Paul comparó tres tipos de tratamiento en 120 niños menores de 4 años con tos nocturna de más de una semana de duración y que no parecía relacionarse con ninguna otra afección.
Se asignó aleatoriamente a los niños a uno de tres grupos: 40 niños no recibieron ningún tratamiento, 40 recibieron un placebo, y a 40 se les dio sirope de ágave.
Los padres reportaron los síntomas de los niños las noches anteriores y posteriores al tratamiento. Los niños que tomaron el néctar de agave y el placebo tosieron con menos frecuencia y gravedad que los que no recibieron nada, según informaron los padres.
Miel, si tiene más de un año
El sirope de ágave, un edulcorante natural, se eligió porque investigaciones anteriores han mostrado que la miel puede ayudar a reducir los síntomas de tos en los niños, comentó Paul. Pero el uso de la miel no es seguro en los niños menores de un año debido al riesgo de botulismo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., aunque la miel es el tratamiento preferido para la tos debida al resfriado en los niños mayores de un año. El placebo tenía sabor a uva y se coloreó con caramelo, anotó el estudio.
Pero ¿cómo podría funcionar?
El estudio plantea preguntas sobre cómo el placebo hace efecto en los niños, y sobre qué deben hacer los médicos al respecto, comentó.
"Dado que el dato usado en el estudio fue la evaluación de los padres sobre la gravedad de la tos del niño, el efecto placebo observado en realidad actúa sobre los padres. Pero, ¿cómo? ¿Funciona el placebo porque los padres creen que funcionará, e influye sobre cómo califican los síntomas del niño? ¿O se trata simplemente de la participación del padre y de su preocupación sobre el síntoma de su hijo que acompaña a la intervención?".
Probablemente se trata de una combinación de ambas cosas, lo que lleva a la pregunta de si un pediatra o médico de familia debe recomendar un placebo para que los padres lo administren a sus hijos con síntomas de tos.
Si no mejora con el placebo
"Si el placebo tiene un coste bajo, ni tiene efectos secundarios, y no se engaña al padre ni al paciente sobre la naturaleza del tratamiento", planteó, quizá haya llegado el momento de considerar el placebo como un tratamiento.
Independientemente de que los padres elijan esa vía con sus médicos o no, deben estar alertas a síntomas que no desaparecen, aconsejó Paul.
"Si el niño no responde al tratamiento, empeora o muestra otros señales de otra enfermedad, consulte siempre a su médico", enfatizó.
El estudio se ha publicado en la revista JAMA Pediatrics.
Via netdoctor.es
lunes, 10 de noviembre de 2014
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