Cada vez son más los casos de sobrepeso y obesidad en la población infantil española. Es una triste realidad que debemos afrontar y ponerle soluciones. Si tu hijo se encuentra en esta situación, es importante que sepas encontrar y abordar con cariño una comunicación eficaz entre vosotros. ¿De qué manera?
Sé un ejemplo
Los niños son esponjas imitadoras. Todo lo que ven, lo absorben y lo copian. Si ven que sus padres comen de más o eligen alimentos grasientos y poco nutritivos, ellos lo harán también. Al igual que si ven que en casa se come mucha fruta y verdura tendrán una mayor tendencia a decantarse por este tipo de alimentos.
No culpabilices. Refuerza su autoestima
Seguramente tu hijo ya se sienta mal por su peso, así que no se lo recuerdes y menos de manera negativa. Hazle ver la realidad sí, pero a través del cariño, la comprensión y la protección. En algunos casos es necesario pedir apoyo a un psicólogo para que os guíe y os sintáis todos más motivados.
Que sienta que su familia es una piña
Como diría el famoso lema “todos para uno y uno para todos”. Haz que tu hijo se sienta respaldado, que todos están con él, ayudándolo. Concentraos todos en un mismo objetivo: que tu hijo pierda peso y aprenda a comer equilibradamente. Recuerda que la unión hace la fuerza.
Hazle responsable de la situación
Aunque no haya alcanzado una madurez completa, es positivo que el niño entienda y sea consciente que él tiene que hacerse responsable de la situación. Pero sin olvidar que es un niño, por lo que debemos amoldar la situación a su edad. Haz que se comprometa sin que le resulte un sacrificio.
Está comprobado que los hábitos adquiridos en la infancia nos marcan en nuestra edad adulta. Si fomentamos que nuestros hijos aprendan unos correctos hábitos de alimentación y de ejercicio desde pequeños será la mejor inversión que podemos hacer para su futura salud.
Via blog.medicadiet.com
lunes, 29 de septiembre de 2014
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