Estos días hemos escuchado hablar de ella y sobre todo hemos sentido la ola de calor, una situación de calor intenso que en estas latitudes se produce en verano. Pero, ¿qué hacer frente a la ola de calor si tenemos niños pequeños? Vamos a intentar que no nos arruine el día esta situación que es bastante incómoda para todos.
Incómoda sobre todo si no podemos estar en un lugar donde refrescarnos, como en la playa, aunque incluso junto al mar puede hacerse bastante insoportable el calor o la fuerza del sol y hay que tomar ciertas precauciones con niños pequeños.
La ola de calor podemos definirla como una situación de calor intenso, frecuentemente muy húmedo, que abarca una zona geográfica extensa y que se mantiene durante varios días consecutivos. Existen algunas recomendaciones para cuando hace mucho, mucho calor y tenemos niños pequeños, para hacer más livianos estos días y evitar riesgos.
Y es que los niños menores de cinco años están entre la población con más riesgo frente a las olas de calor, son más vulnerables de sufrir por ejemplo deshidratación o un golpe de calor. Veamos los consejos para que el calor no nos arruine el día ni las vacaciones con los niños.
Evita la deshidratación, ofrécele al niño abundantes líquidos, preferiblemente agua (en el caso de bebés lactantes, hay que ponerlos al pecho más a menudo). Procura evitar bebidas demasiado frías o azucaradas.
Evita la práctica de ejercicio físico, sobre todo en las horas centrales del día o al sol. Los pequeños corren el riesgo de deshidratarse o sufrir un golpe de calor. Ya habrá momentos más apropiados para hacer deporte, a no ser que hablemos de nadar en agua fresquita, porque esto sí vendrá bien en días calurosos.
Una buena dieta es fundamental para cualquier miembro de la familia si queremos que el calor no haga estragos. Para ello, aumenta el consumo de frutas y verduras, en comidas frescas como ensaladas, macedonias... Estos alimentos mantienen bien hidratados a los niños y además aportan fibra, vitaminas... Los guisos o asados pesados pueden esperar. La pasta, las patatas o el arroz se pueden tomar en ricas combinaciones frescas, en ensaladas.
Que el niño lleve ropa apropiada, fresca, ligera, no apretada al cuerpo, de algodón, transpirable. El calzado también ha de adecuarse a las altas temperaturas, aunque si están en casa, el tema de la vestimenta se relaja.
Protege a tu hijo del sol, evita la exposición prolongada en las horas centrales y acude, junto a las cremas solares, a protecciones como gorras, sombrillas, toldos...
Planead las actividades al principio del día o al atardecer, cuando el sol no es tan intenso y las temperaturas descienden. En las peores horas, si estáis de vacaciones, conviene plantear actividades en casa (existen muchas opciones divertidas) o acudir a lugares acondicionados en el caso de que nuestra casa no tenga la posibilidad (bibliotecas, centros sociales, aprovechar para hacer la compra en el centro comercial...). Los juegos de agua son muy refrescantes, así como la playa o piscina si se tiene posibilidad, pero evitando las horas centrales de más sol y calor.
Si estáis en casa, procurad mantenerla fresca con la ayuda de ventiladores o el aire acondicionado. Respecto a este último sistema, recuerda que en sí mismo no es perjudicial para los bebés, pero hay ciertas claves para que no les haga daño, como mantener la temperatura entre los 23-25 grados y sin humedad, para que no cojan frío, o no ponerlos directamente bajo el chorro de aire.
Vigila a tus hijos, no los dejes solos al sol o encerrados en un coche, comprueba su estado general, la ingestión de líquidos (pueden tener alterada la percepción de sed u "olvidarse" de pedir...).
Cuando la ola de calor supone un riesgo para los niños
Gracias a estas pautas minimizaremos los riesgos asociados a una ola de calor, pero hay que estar atentos por si notamos alguno de los siguientes síntomas en nuestros hijos:
Aumento de la temperatura corporal: cuando el cuerpo sube demasiado su temperatura y no es capaz de controlarla, se produce un aumento rápido, lo que se conoce como el golpe de calor.
Piel roja, caliente y seca o pulso acelerado son otros síntomas de golpe de calor.
Dolor palpitante de cabeza, mareo, confusión, náuseas, fatiga...
En los casos más graves, piel roja y sin sudor; pérdida de la conciencia.
En cualquiera de estos casos busca ayuda médica e intenta bajar su temperatura colocándolo en un lugar sombreado, fresco, abanicándolo, aflojándole la ropa y mediante la aplicación de paños tibios o agua en la ducha tibia, que lo refresque. Si está consciente y no vomita, ofrécele líquidos que lo rehidraten y refresquen, con sales minerales (pero no excesivamente fríos).
Si el niño vomita y está tumbado, débil, hay que ladear su cabeza mientras se le refresca y si está inconsciente mantener libres las vías aéreas y esperar a que acudan los servicios médicos. Si un niño pierde la conciencia, presenta vómitos o signos de confusión mental es necesario buscar la atención médica inmediatamente.
Esperamos no llegar a estos extremos peligrosos. Siguiendo todos estos consejos lograremos que la ola de calor no arruine los días de vacaciones con los niños, y esperamos tener suerte y que no nos cacen las temperaturas tan elevadas en demasiadas ocasiones este verano...
Via bebesymas.com
domingo, 27 de julio de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios on "¿Llega una ola de calor? Que no arruine el día con los niños "
Publicar un comentario