miércoles, 2 de abril de 2014
¿Sabías que... Hay niños que tienen fobia escolar?
Las manifiestaciones de la angustia o el miedo son tanto psíquicas como físicas: náuseas, vómitos, diarrea, dolores de barriga o cabeza… La fobia escolar afecta por igual a niños que a niñas y su pico máximo de incidencia suele ser el inicio de la adolescencia, a partir de los 12 años.
Diagnóstico
La definición de fobia a la escuela abarca a un grupo muy heterogéneo de niños o adolescentes, por lo que se han propuesto los siguientes criterios diagnósticos:
Dificultad grave para ir a la escuela, con prolongados periodos de absentismo escolar.
Grave trastorno emocional caracterizado por temor excesivo, irritabilidad y quejas reiteradas sobre la asistencia a clase.
Los padres son conocedores de la situación, saben que el niño no va a clase por un problema emocional. Esto diferencia la fobia escolar de los típicos “novillos” o las situación de negligencia paterna.
El niño no presenta conductas disociales o delictivas.
Claves para detectar la fobia escolar
Lo habitual es que los síntomas de vayan dando de forma gradual, con protestas sobre la asistencia al colegio, quejas somáticas para evitar ir a clase hasta desarrollar una negativa total a ir a la escuela. Esta manera progresiva de rechazo es típica de los adolescentes. En los niños pequeños el inicio del rechazo a la escuela es brusco. Pueden asociarse síntomas depresivos (tristeza, no tener ganas de nada, incapacidad de disfrutar de las cosas o sentimientos de impotencia o inseguridad) o bien manifestaciones de ansiedad como crisis de angustia ante la posibilidad de ir al colegio: llanto, palidez, cefalea, dolor de barriga u otras quejas somáticas.
Los síntomas relacionados con la fobia escolar mejoran durante el día cuando el niño se queda en casa, en vacaciones y los fines de semana. Pueden ser más intensos en los días de colegio por las mañanas o bien los domingos por la noche.
Cómo se trata
El tratamiento de la fobia escolar abarca varios aspectos:
Información a la familia y consejos a los padres: lo primero es diagnosticar correctamente y explicar a la familia los motivos de la conducta de su hijo. El primer objetivo a lograr es conseguir la asistencia a clase lo antes posible, ya que retrasar la reincorporación suele cronificar la situación y hacer más difícil su curación. Es aquí donde los padres juegan un papel clave, ya que son ellos los que deben evitar el absentismo prolongado de su hijo. Es aconsejable que estén padre y madre en casa a la hora de ir al colegio y que acompañen a su hijo durante el proceso de superación de la fobia.
Técnicas de modificación de conducta: se trabaja con el niño individualmente y también con los padres. Se deben dar estrategias y recursos para manejar la ansiedad y aprender a relajarse.
Psicoterapia: en sesiones individuales con un psicólogo infantil.
Tratamiento farmacológico: en ocasiones si la situación es muy grave, se puede recurrir al tratamiento con psicofármacos para disminuir el nivel de ansiedad en las primeras fases del tratamiento, cuando el niño vuelve al colegio. Solo se debe recurrir a los ansiolíticos cuando todo lo anterior ha fracasado. En los casos donde los síntomas depresivos son importantes se puede plantear el tratamiento con antidepresivos.
LO QUE DEBES SABER...
El inicio de la adolescencia es el momento en el que más casos se dan de fobia escolar, que se manifiesta con miedo excesivo, irritabilidad, quejas reiteradas sobre ir al colegio…
Una vez detectada y diagnosticada se debe trabajar con el niño pero también con los padres para darles recursos de cara a manejar su ansiedad.
Contar con orientación psicológica puede ser muy útil en estos casos para detectar y tratar este trastorno. Muchas compañías incluyen este servicio en las coberturas de sus seguros de salud.
Via mapfre.es
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