Los cólicos en lactantes no tienen un origen exacto. Se le atribuyen causas alérgicas (intolerancia a la leche de vaca), gastrointestinales (acumulación de gases, flora bacteriana, intestino inmaduro...) e incluso psicológicas (actitud nerviosa de los padres). Los lactantes manifiestan sus cólicos con un llanto estridente e intenso. Se dice que si los adultos sufriéramos ese dolor no seríamos capaces de soportarlo.
Cómo aliviar los cólicos
Acunar al bebé, darle paseos en coche y llevarlo en posición vertical suele ayudar a movilizar los gases y reducir las molestias.
Alimentar al bebé más a menudo pero con menos cantidad. Si toma biberón, conviene que la botella con tetilla tenga hueco pequeño para que no trague mucho aire. Como norma de prevención, no acostaremos al bebé inmediatamente después de la última toma pues la eliminación de gases es baja y las molestias mayores. La formación de gases aumenta con alimentos como el ajo, la cebolla, las alubias, verduras y hortalizas de hojas verde. A pesar de los cólicos, los lactantes que los padecen suelen comer bien y seguir ganando peso.
Calentar la tripita del bebé también le aliviará. Dale un baño de agua tibia o coloca sobre su vientre una botella de agua templada o una bolsa de agua caliente envuelta en una toalla. Asegúrate siempre de que no queme y la temperatura sea agradable.
Un masaje puede ser de gran ayuda para eliminar los gases que se acumulan en el vientre. Puedes masajear suavemente la tripa del bebé en círculos en sentido contrario a las agujas del reloj hasta que se le pase. Y para relajar el cuerpo y calmar el llanto, prueba a peinar con un peine de púas duras y separadas las palmas de sus manos y sus pies.
Remedios naturales
Manzanilla. Haz una infusión suave con unas flores de manzanilla y dásela al bebé a cucharaditas a lo largo del día.
Menta. Remoja un palito de menta en una botella de agua, para darle sabor sin que quede concentrado para no dañar su estómago.
Via hogarutil.com
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