Si hasta los dos años los niños aceptan casi cualquier alimento, llegada esta edad es común que se vuelvan selectivos, en especial si se trata de frutas y verduras. No sólo distinguen sabores sino también formas, colores y texturas.
¿Cómo reaccionar ante la negativa de comer frutas y vegetales?
Lejos de obligarlos, hay que evitar que la hora de la comida se vuelva una batalla campal pues sólo se logrará que el niño sienta aversión por la comida y el momento de la alimentación.
En el caso de que no le guste la fruta y la verdura no hay que dejar de ofrecérsela pues los expertos aseguran que la aceptación de estos alimentos aumenta que el niño tiene relación con él.
En lugar de imponerle el alimento una solución es incluirlo a partir de otro tipo de recetas, por ejemplo, con comidas o bebidas con leche o yogur, con fruta cocida, añadiendo cereales, etc.
Lo importante es repetir la escena una y otra vez siempre sin obligar. Basta con que el niño pruebe uno o dos bocados para que sea un éxito. A medida que se repita la experiencia y que esté expuesto a estos nuevos sabores irá asimilándonos hasta que formen parte de su dieta.
Via crecebebe.com
viernes, 20 de septiembre de 2013
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