Ejercicio y crecimiento

Uno de los objetivos prioritarios del deporte infantil es promover la participación del niño en actividades físico- deportivas, con el fin de favorecer los amplios y constatados beneficios derivados de la practica regular del ejercicio sobre el estado de salud de los participantes. Las mejorías obtenidas en el nivel de aptitud física, en el estado de salud, e incluso, la optimización del rendimiento en las actividades individuales y de grupo, no son mas que algunos de las ventajas que su practica regular proporciona.

Centrándonos en los beneficios físicos, en concreto en el aparato locomotor, cuando los niños llevan a cabo una actividad física regular llegan al final de la etapa de crecimiento con picos de masa ósea superiores a los niños sedentarios.

Debemos tener en cuenta que cada niño tiene unas exigencias físicas y psicomotrices especificas y se deben adaptar de manera individual según su grado de maduración. Diferenciamos:

    Preescolar: Entre los objetivos prioritarios de la práctica deportiva en esta etapa, deberían incluirse el estímulo de la percepción sensorial, la coordinación motriz y el sentido del ritmo. Danza, juegos, marcha, trepa y saltos moderados podrían se algunas actividades recomendadas.

    Edad escolar: Es esencial que adquieran el control del equilibrio y el perfeccionamiento de los movimientos automáticos. Natación, ejercicios gimnásticos, patinaje, ciclismo o juegos de balón pueden se algunas de las posibilidades, siempre que se realicen bajo pautas correctas.

    Antes de los diez años: Es conveniente estimularles el aprendizaje de destrezas físicas básicas ( lanzar, golpear, etc), que se integran después en juegos menores y actividades en grupo. Los niños pequeños necesitan cierto tiempo para desarrollar sus habilidades psicomotrices sin la presión de la competición, siendo este uno de los motivos por los que la participación den competiciones estructuradas debería aplazarse al menos hasta los 12/13 años.

    Entre los diez y los trece años: Es un periodo critico para el desarrollo de una actitud positiva hacia la participación deportiva durante toda la vida. Puede iniciarse la participación en competiciones intra e interescolares, siempre que se haya lograd antes un dominio adecuado de las destrezas físicas básicas y de las estrategias deportivas. En la preadolescencia, la gran vulnerabilidad psicofísica del joven desaconseja que la actividad física realizada se centre en un único deporte.

Fuente: .sabervivir.es