La pirámide de alimentación es una de las referencias para unos hábitos nutricionales saludables, aunque ha sufrido variaciones a lo largo de los años, fruto de las nuevas evidencias científicas. Nuestros compañeros de Peques y más nos dan cuenta de las últimas revisiones y propuestas de cambios para la pirámide de los alimentos.
Desde el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas (GREP-AEDN), debaten la revisión de algunos puntos de las pirámides. Ofrecen algunas recomendaciones que afectan a la posición ocupada hasta ahora por algunos alimentos, en beneficio de la salud.
Veamos cuáles son los posibles cambios para la pirámide de los alimentos, según los expertos en nutrición, relativas a la posición en la pirámide y a otras recomendaciones que hay que tener en cuenta para un estilo de vida saludable.
Cambios propuestos para la pirámide de alimentos
El primer cambio propuesto por el GREP-AEDN se sitúa en la base de la pirámide, ya que se muestran partidarios de que ésta sea ocupada por frutas, hortalizas y verduras, en lugar de los cereales (junto con sus derivados y los tubérculos).
La razón de este cambio estaría en que los vegetales son los únicos alimentos que hasta el momento han demostrado evidencia en la prevención de enfermedades crónicas y que además se consumen menos de lo necesario, pues no llegamos a la cantidad recomendada de cinco raciones de frutas y verduras al día.
En cambio, los cereales que hasta ahora ocupaban el primer escalón cambiarían a la siguiente posición. Los estudios han demostrado que no todos los cereales (como muchos de los que se comercializan para el desayuno) son tan saludables y que el grado de refinamiento de los cereales tiene una asociación inversa con la salud cardiovascular.
En relación a los cereales, se promocionaría el consumo de cereales integrales y de algunos cereales desconocidos para nosotros como el mijo (de origen africano).
Como siempre, el mensaje hacia una alimentación saludable no se queda en la pirámide y hay que concienciar a la población de que es necesario ser prudentes y disminuir el consumo de grasas trans y saturadas y aumentar el consumo de cereales integrales y de sus productos derivados. Es importante reconocer las “grasas buenas”, como las del aceite de oliva y frutos secos.
El agua, de importancia capital en la dieta infantil, se mantiene en la base de la pirámide y se excluye cualquier tipo de bebida alcohólica.
Las legumbres se situarían en la misma posición que los cereales, de hecho las tomamos dos veces por semana.
En cuanto a los lácteos, se establece una clara división entre la leche, yogures, quesos frescos por un lado y el queso curado, que es un alimento protéico graso, por otro. De igual manera conviene informar que estos alimentos no son las únicas fuentes de calcio, ya que las verduras de hoja verde, los frutos secos, las semillas de sésamo y las sardinas son ricos en este mineral.
La proteína animal se puede incluir semanalmente pero no necesariamente consumir estos productos diariamente: carnes (con preferencia por las de ave), pescados, huevos, queso curado. Y por último (en el vértice) se sitúan todos los alimentos innecesarios, y además poco adecuados para el cuidado de la salud, como son la bollería, los snacks, dulces…
Como vemos, los avances en investigación sugieren modificaciones en la actual pirámide de la alimentación, algo que veremos próximamente puesto en práctica o al menos difundido con nuevas imágenes de estas pirámides saludables.
Fuente: bebesymas.com
martes, 24 de mayo de 2011
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