Muchos niños, ya desde antes de nacer, tienen la mala costumbre de chuparse el dedo. En muchas ecografías podemos ver al niño dentro del útero materno mientras se chupa el dedo, y esa costumbre persiste en el tiempo. Hemos de tener en cuenta que chuparse el dedo es un acto de succión innato y espontáneo.
Cuando son bebés se pueden llevar el pulgar a la boca en momentos concretos, por ejemplo, cuando tienen hambre, sueño o necesitan un poco de seguridad. Conforme se va haciendo más mayor, el niño va encontrando otros puntos de apoyo para tranquilizarse y hallar recursos.Tenemos que tener en cuenta que a los más pequeños les aporta sosiego, y que al crecer se puede convertir en un hábito. Pero es que en algunos niños este acto es síntoma de todo un conjunto de dificultades, y tenemos que ser capaces como padres de solucionar los problemas de nuestro pequeño.
La verdad es que tenemos que dejar que sea él mismo con sus gestos el que nos pida dejar de chuparse el dedo. Hay muchos padres que les ponen a sus hijos esparadrapos en los dedos, o un esmalte de uñas amargo para que dejen de lado este hábito, pero hasta que el niño no esté totalmente preparado, no va a dejar de chuparse el dedo, por lo que tenemos que diagnosticar por qué necesita hacer esto para buscar soluciones.
Via chupetesybiberones.es
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