El estreñimiento es uno de los motivos más frecuentes de consulta en las unidades de pediatría españolas. Los datos son muy clarificadores: un tercio de los niños de entre 6 y 12 años refieren estreñimiento en algún momento, aunque las edades de mayor incidencia son entre los 2 y 4 años. El doctor Jordi Sapena, pediatra del Centro Médico Teknon de Barcelona, comenta los motivos que se encuentran tras los numerosos casos de estreñimiento infantil.
Estreñimiento en Niños
La mayoría de los casos de estreñimiento infantil responden a trastornos de tipo funcional por culpa de dietas incorrectas. Por eso es primordial que el doctor conozca lo que se le está dando de comer al pequeño, cual está siendo su aporte de líquidos, etc. Evidentemente, los padres son la fuente de información principal en este aspecto. Cabe destacar que por un tema cultural el estreñimiento siempre genera una visita rápida al pediatra porque preocupa mucho a los progenitores.
¿Qué se Entiende por Estreñimiento?
El consenso médico establece que el estreñimiento corresponde al hecho de no defecar como mínimo 3 veces a la semana de forma continuada, de manera que la consistencia de las heces produce dolor. En los niños pequeños puede derivar en encopresis, que no es más que el hecho de defecarse encima en momentos en que no corresponde, mientras juega o está en clase. Esta alteración va relacionada con el hecho de aguantarse el estímulo porque llega un momento en que no se puede aguantar más y se lo hace encima.
Causas
Como apuntábamos, la dieta tiene una gran importancia en cuanto al ritmo del tránsito intestinal. Sin embargo, también hay otras causas que provocan una obstrucción que dificulta la evacuación en los más pequeños. Muchos trastornos emocionales relacionados con el nacimiento de un hermanito, la separación de los padres o un cambio de colegio hacen que el funcionamiento del intestino se resiente. No existe una relación directa entre el estreñimiento de los padres e hijos por motivos genéticos, aunque sí que influyen los hábitos alimenticios de la familia.
Hábitos en los Más Pequeños
Cuando el niño empieza a dar señales de que puede controlar sus heces hay que generarle unos hábitos diarios en cuanto a deposiciones para que luego los repita de forma clínica. Hay niños para los que evacuar es algo dramático porque les duele y les cuesta, y asocian el momento de ir al baño con una acción dura y difícil. Lo que a veces ocurre es que las heces son grandes y resistentes, lo que genera dolor. Por eso el niño se aguanta el reflejo de ir al baño, algo muy perjudicial ya que puede llegar a provocarle fisuras anales.
Cómo Combatirlo
En la mayoría de ocasiones el problema se soluciona con un cambio de las medidas higiénico dietéticas, y creando hábitos diarios para que el niño vaya al baño. En otras ocasiones lo que hay que hacer es optar por soluciones farmacológicas de manera puntual. En el caso de niños pequeños hay dos básicas: una por vía oral y la otra por vía rectal.
Glicerina
La glicerina correspondería a la solución por vía rectal, una medida inocua y sin efectos secundarios. Además destaca por ser muy fácil de aplicar aunque en algunas ocasiones el supositorio se coloca mal. Lo correcto es introducirlo por la parte de la punta y rebasando el esfínter anal, introduciéndolo unos centímetros hacia el interior. Tras eso el niño deberá apretar las nalgas y aguantar así durante un tiempo para que la glicerina curse efecto.
Fuente vivirmejor.es
jueves, 3 de marzo de 2011
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